viernes, 28 de septiembre de 2012

Natación

¿Madrastra de las aguas (des)tapada?

¿Cuánto estás dispuesto a pagar? Desde que Anna Tarrés se pusiera a los mandos de la selección española de natación sincronizada en 1997, el equipo ha conseguido 52 medallas; 4 en los JJOO, 23 en los mundiales y 25 en los europeos.

"Cuando se puede evitar un mal, es necedad aceptarlo". Bajo este título, quince nadadoras redactaron una carta el sábado 22 de Septiembre, denunciando las formas y palabras denigrantes de su ex-entrenadora.



Asume y calla. En Enero de 2009 la nadadora Paola Tirados ya envió una carta a la Federación Española de Natación (con copias al Comité Olímpico Español y el Consejo Superior de Deportes) revelando lo que ocurría dentro del equipo. 



Becas no entregadas, dinero extraviado, positivos de orina tapados, pagos de nuestro propio bolsillo a entrenadoras extranjeras para coreografiar las rutinas de las competiciones, extorsiones a nadadoras, humillaciones, incitar a nadadoras a tomar antidepresivos para venir motivadas al entreno... “ 
 
"Lo sabemos Paola, pero hay resultados, ya lo sabes..."

Además, a Anna Tarrés se le abrió un expediente disciplinario por, según Paola, “arrebatarle la medalla, para dársela a su hija (que le hacía mucha ilusión)”. Pero tanto el CSD como la RFEN “me pidieron que no dijese nada a la prensa”. Fernando Carpena comenzaba su mandato al frente de la federación intentando evitar el escándalo: "Paola, por favor, no me hagas eso, olvida todo..."

Mal, o bien interpretadas. Quienes se han posicionado del lado de Tarrés, defienden que palabras fuera de contexto se pueden malinterpretar. Si frases como "No vengas a hacerte la estrecha, si te has follado a todo lo que se mueve", o “No vas a ir a recoger la medalla (…) porque eres inferior a las demás” son ciertas, no existe posibilidad de malinterpretación.

Gordi que no gorda. Anna Tarrés se ha defendido en la radio. Según ella, todas las acusaciones son falsas. “Fuera del agua gorda. Vete al psicólogo”, falso. Ella saluda con “gordi” a sus nadadoras. “Esta medalla no te la mereces (…) Es para mi hija, que le hace mucha ilusión”, falso. Fue Paola Tirados quien le ofreció la medalla.
Gemma Mengual confirmó también que le había regalado una medalla a su entrenadora, porque a Tarrés le hacía mucha ilusión.

Respuesta obligada. Respuesta mal enfocada. Tres días después de hacerse pública la carta, Anna Tarrés ha decidido hablar. Reacción obligada. Las acusaciones son demasiado graves. Lo curioso es que la pronto ex-seleccionadora ha decidido señalar a la Real Federación Española de Natación, y a Fernando Carpena en particular, como los culpables. Además, dice no creer en la casualidad de la coincidencia de esta carta con la presentación del nuevo equipo técnico.
Carpena; sin embargo, afirmó haber tenido conocimiento de la carta difamatoria el lunes “a las doce de la noche” y negó cualquier responsabilidad. “Yo no lo doy como cierto”, añadió, “pero tampoco quiero entrar en la polémica de si es cierto o no” Intenta salirse del cuadro cuando es un elemento principal.

Cambio de actitud. Anna Tarrés no actuó hace 3 años por las acusaciones (por positivos, insultos…) de Paola Tirados y dos deportistas más. Fernando Carpena tampoco. Un presidente recién llegado, no favorito por todos los miembros de la federación (la misma Anna se posicionó del lado de su contrincante, el candidato catalán, en las elecciones),  y con una Anna demasiado fuerte en de la federación. 

Motivos políticos. Motivos deportivos. Para justificar el cambio, Carpena alegó razones de política deportiva: “Queremos expandir e integrar (…) Que el resto de España se sienta partícipe. Pretendemos otro concepto, más plural”. Laura López, ex-nadadora, ya denunció las distinciones entre nadadoras por ser o no catalanas, que sólo les hablaba en catalán, y que es más fácil acceder al equipo siendo catalana.
Dentro de la federación señalan que Carpena nunca perdonó a Tarrés por no respaldar su candidatura.
“No obedece a una razón puntual concreta, sino que es un cúmulo de razones. A lo mejor es que los perfiles de las personas que había no encajaban en mi proyecto, que es el mío”. Nada claro, señor Carpena.

¿Y ahora qué? La denuncia a la Federación y a su presidente conseguirá desviar la atención del verdadero problema; si realmente existió este trato a las chicas. La alta competición requiere máxima exigencia y compromiso. Cada cual entrena como cree, hasta un límite. Pero ¿dónde está el límite? Éste lo establecen quienes tienen que soportarlo; los deportistas. Y según algunas, se ha sobrepasado.

La pregunta es: ¿Habría salido a la luz esta carta si no se hubiese decidido no renovar a Tarrés? 



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