jueves, 23 de agosto de 2012

Fútbol


Buscan la cabeza del león


Nubarrones sobre Lezama. La historia es por todos ya conocida;  Fernando Llorente (Pamplona, Navarra, 26 de febrero de 1985), el Rey León, emblema del Athletic Club, al que pertenece desde 1996, finaliza su contrato en junio de 2013 y ha decidido no renovar.

Él aduce motivos únicamente deportivos, pero dicen que continuaría por 5,5M€, cantidad que el club no puede permitirse. Su oferta, ya rechazada, ha sido de 4,5M€ por temporada.

Josu Urrutia, presidente del club, decepcionado con la decisión del jugador, comunicó que el Athletic solamente venderá si se paga “la totalidad de la cláusula de rescisión” (36M€).
La Juventus F.C.; jugadora de Champions, se sitúa como la opción más fuerte, si no la única, para fichar al jugador, habiendo ofrecido 20M€.

Amigos de Urrutia, políticamente incorrectos. Los dos principales dirigentes del PNV; el candidato a lehendakari, Íñigo Urkullu, y el alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, han decidido opinar sobre el tema, mostrando así su apoyo al presidente Urrutia.
Las próximas elecciones vascas se han adelantado al 21 de octubre de 2012 y es tiempo de reforzar viejas amistades.

El señor Urkullu considera que Llorente no ha sabido “estar a la altura de las circunstancias”. Debería ser “honesto con la afición” y dar las “necesarias” explicaciones.

Azkuna, el alcalde que tiene un sueldo superior al del presidente del gobierno, considera “obscena” la intención del futbolista de ganar 5,5 millones de euros por temporada.  “Con la que está cayendo, a mí me parece una obscenidad”.

¿Por qué conocen ellos las pretensiones económicas del futbolista?

¿Por qué han focalizado sus ataques en el hijo adoptivo de Bilbao?

Marcelo Bielsa, al margen. Hasta los medios extranjeros han llegado los rumores sobre una más que posible tensa relación jugador- entrenador. Se trata de un hombre con una visión de juego exquisita, pero de difícil trato. Por los retrasos en las obras de Lezama enloqueció y se auto-denunció, y con sus jugadores se mantiene al margen. “Les pregunté si yo era el problema y me dijeron que no”. ¿Desde cuándo un trabajador se atreve a reñir a su jefe e instarle a abandonar su puesto?

Aficionados exaltados increpan al jugador; “Llorente muérete español”, “Llorente bastardo muérete”, y él se mantiene al margen.

“Es más importantes que yo” asegura. La afición le escucha, le sigue y le respeta. Y es por eso que no se comprende esa defensa a ultranza del jugador en ruedas de prensa, y su incomprensible trato a posteriori. Fernando Llorente no entrena con el resto del equipo, no es convocado a los partidos y no se sienta en las gradas a animar a sus compañeros. ¿Está tratando de protegerle? Un buen entrenador da la cara por sus jugadores, alza la voz, y se enfrenta a los seguidores si es necesario, demandando la unión jugadores- afición.

Fernando Llorente, el león que no ruge. Aún con el ataque, tan dañino como incomprensible, que está recibiendo, el león no ha rugido. Entrena donde le mandan, va a donde le indican, calla, mantiene el tipo e incluso, a veces, sonríe. En la ofrenda floral a la Virgen de Begoña le recordaron que todavía le quieren; entre fotos y autógrafos le pidieron que se quedase en el equipo, pero la situación es insostenible.
Sólo los exaltados le increpan, pero ya es suficiente.

“Sueño con llegar a lo más alto en un equipo grande y jugar la Champions”. Un sueño que se está tornando en pesadilla si no se llega a una solución dentro de poco.

No hay marcha atrás. Han pedido la cabeza del león. Pero a diferencia de sus cazadores, este león siempre les estará agradecido; tanto a club como a aficionados, por el cariño, apoyo y por todo lo que le han enseñado.




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