Buscan la cabeza del león
Nubarrones sobre Lezama.
La historia es por todos ya conocida; Fernando
Llorente (Pamplona, Navarra, 26 de febrero de 1985), el Rey León, emblema del
Athletic Club, al que pertenece desde 1996, finaliza su contrato en junio de
2013 y ha decidido no renovar.
Él
aduce motivos únicamente deportivos, pero dicen que continuaría por 5,5M€,
cantidad que el club no puede permitirse. Su oferta, ya rechazada, ha sido de
4,5M€ por temporada.
Josu Urrutia, presidente del club, decepcionado
con la decisión del jugador, comunicó que el Athletic solamente venderá si se
paga “la totalidad de la cláusula de rescisión” (36M€).
La Juventus F.C.; jugadora de Champions, se
sitúa como la opción más fuerte, si no la única, para fichar al jugador, habiendo
ofrecido 20M€.
Amigos
de Urrutia, políticamente incorrectos. Los
dos principales dirigentes del PNV; el candidato a lehendakari, Íñigo Urkullu,
y el alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, han decidido opinar sobre el tema,
mostrando así su apoyo al presidente Urrutia.
Las
próximas elecciones vascas se han adelantado al 21 de octubre de 2012 y es
tiempo de reforzar viejas amistades.
El
señor Urkullu considera que Llorente no ha sabido “estar a la altura de las
circunstancias”. Debería ser “honesto con la afición” y dar las “necesarias”
explicaciones.
Azkuna,
el alcalde que tiene un sueldo superior al del presidente del gobierno,
considera “obscena” la intención del futbolista de ganar 5,5 millones de euros
por temporada. “Con la que está cayendo,
a mí me parece una obscenidad”.
¿Por
qué conocen ellos las pretensiones económicas del futbolista?
¿Por qué han focalizado sus ataques
en el hijo adoptivo de Bilbao?
Marcelo Bielsa, al margen.
Hasta los medios extranjeros han llegado los rumores sobre una más que posible tensa relación jugador- entrenador. Se
trata de un hombre con una visión de juego exquisita, pero de difícil trato. Por
los retrasos en las obras de Lezama enloqueció y se auto-denunció, y con sus jugadores se
mantiene al margen. “Les pregunté si yo era el problema y me dijeron que no”. ¿Desde
cuándo un trabajador se atreve a reñir a su jefe e instarle a abandonar su
puesto?
Aficionados
exaltados increpan al jugador; “Llorente muérete español”, “Llorente bastardo
muérete”, y él se mantiene al margen.
“Es
más importantes que yo” asegura. La afición le escucha, le sigue y le respeta.
Y es por eso que no se comprende esa defensa a ultranza del jugador en ruedas
de prensa, y su incomprensible trato a posteriori. Fernando Llorente no entrena
con el resto del equipo, no es convocado a los partidos y no se sienta en las
gradas a animar a sus compañeros. ¿Está tratando de protegerle? Un buen
entrenador da la cara por sus jugadores, alza la voz, y se enfrenta a los
seguidores si es necesario, demandando la unión jugadores- afición.
Fernando
Llorente, el león que no ruge. Aún con el ataque,
tan dañino como incomprensible, que está recibiendo, el león no ha rugido. Entrena
donde le mandan, va a donde le indican, calla, mantiene el tipo e incluso, a
veces, sonríe. En la ofrenda
floral a la Virgen de Begoña le recordaron que todavía le quieren; entre fotos
y autógrafos le pidieron que se quedase en el equipo, pero la situación es
insostenible.
Sólo los exaltados le increpan, pero
ya es suficiente.
“Sueño
con llegar a lo más alto en un equipo grande y jugar la Champions”. Un sueño que se está tornando en
pesadilla si no se llega a una solución dentro de poco.
No hay
marcha atrás. Han pedido la cabeza del león. Pero a diferencia de sus cazadores,
este león siempre les estará agradecido; tanto a club como a aficionados, por el
cariño, apoyo y por todo lo que le han enseñado.
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